- 250 g de harina (si se encuentra, de repostería)
- 130 ml de leche
- 35 g de azúcar
- 40 g de mantequilla
- 1/4 cucharita de sal
- 10 g de levadura fresca de panadería o levadura en polvo para repostería
- 1/2 de vainilla en polvo/grano o 1/4 de azúcar avainillada
- 1 huevo
- 2 cucharadas de leche
- azúcar
Preparación
- Sacamos la mantequilla de la nevera y dejamos que se ponga a temperatura ambiente.
- Calentamos la leche a 40ºC (un poco más que la temperatura de un dedo).
- Ponemos los ingredientes en un cuenco y mezclamos, primero con una cuchara, para a masarlos a continuación.
- Dejamos que la masa repose, cubierta con un paño de algodón, durante 5 minutos.
- Entonces volvemos a amasar hasta que la masa esté suave, puede que la masa esté pegajosa, pero en ese caso no añadiremos más harina (o los bollos quedarán duros).
- Engrasamos un cuenco y ponemos en él la masa, lo tapamos con un paño de algodón y lo dejamos en un sitio caliente durante unos 45 minutos, para que la duplique su volumen, o también podemos ponerlo en el horno (entre 30º y 40ºC) para que suba.
- Enharinamos una mesa de trabajo y hacemos panes de 50 gr. o 60 gr. cada uno.
- Haz un corte longitudinal a los bollos con un cuchillo bien afilado.
- Los colocamos sobre una bandeja de horno, forrada con papel de horno y volvemos a dejarlos subir en un lugar caliente, tapados por un paño de algodón, hasta que dupliquen su tamaño, o bien, volvemos a ponerlos en el horno (a una temperatura entre 30º y 40ºC).
- Precalentamos el horno a 180ºC.
- Batimos un huevo y añadimos 2 cucharadas de leche.
- Pintamos los bollos con la mezcla de huevo y leche.
- Ponemos azúcar, ligeramente humedecido.
- Ponemos la temperatura del horno a 160ºC.
- Horneamos durante 20-25 minutos, o hasta que estén dorados.
- Comprobamos que están bien cocidos.
- Retiramos del horno y dejamos los bollos sobre una rejilla.
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