Croquetas de pollo y queso




Cuando era pequeña mi familia solía veranear con la una de mis tías. Las comidas eran comunes y con frecuencia sobraba algo de algún plato. Casi cada vez que sucedía oíamos la famosa frase "no pasa nada, no se estropea porque esta noche hacemos croquetas con las sobras".

Un verano, decidieron que "los niños" podíamos comer croquetas de un pescado que capturaban con frecuencia, llamado "pez torpedo"... cuando semanas después de haber empezado a comer las croquetas con cierta frecuencia "los mayores" las probaron decidideron:

a) No volver a hacer croquetas de pez torpedo
b) No volver a pescar pez torpedo

En las reuniones familiares todavía rememoramos y nos reímos de esos días.

Bueno, pasemos a las croquetas de pollo y queso.

Dificultad: Fácil // Porciones: xxx // Preparación: 1.30 hs // Reposo: aprox. 3 horas

Ingredientes "principales"

  • 250 gr pechuga de pollo
  • 150 gr queso

para la bechamel


  • 600 ml leche (mejor entera, pero podemos usar desnadata)
  • 100 gr mantequilla o aceite (según el gusto)
  • 100 gr harina (mejor si es fina)
  • sal
  • nuez moscada

para el rebozado

  • 2 huevos
  • pan rallado
  • aceite (para freirlas)

  1. Cocinamos la pechuga a la plancha. La dejamos enfriar y desmenuzamos, si tenemos paciencia, con un cuchillo y si no tenemos tanta, podemos usar la batidora.
  2. Rallamos el queso.
  3. A fuego bajo derretimos la mantequilla en una sartén, añadimos la harina y removemos, empezaremos inmediatamente a añadir leche, no lo hacemos de golpe, sino un chorrito de cada vez, y seguimos removiendo. Es importante remover la mezcla durante todo el tiempo, de esa forma nos quedará una masa bien ligada y de consistencia suave (y las croquetas quedarán mucho más ricas).
  4. Si nos parece que una vez añadida la leche, la masa es demasiado blanda (endurecerá parte con el reposo), podemos aumentar la temperatura de la sartén, entonces deberemos tener mucho cuidado para que la masa no se tueste.
  5. Añadimos sal, nuez moscada, y el ingrediente elegido, en este caso pollo (desmenuzado) y queso (rallado).
  6. Ponemos la masa en una bandeja y pasamos sobre ella un trozo de mantequilla, de forma que quede una capita de grasa, que evite que la masa haga costra.
  7. La dejamos reposar en la nevera varias horas (o toda la noche).
  8. Cogemos un poquito de masa y las amasamos con dos cucharas o con las manos.
  9. La rebozamos en huevo batido y pan rallado.
Una vez que lo hemos hecho con todas las croquetas, las tenemos listas para freir o para congelar.

Trucos:

Para evitar que se rompan al freir, el aceite debe estar caliente y no debemos poner más de 3 o 4 croquetas de cada vez, para que el aceite no se nos enfríe.

Si queremos hacerlo más fácil, podemos aplastar la croqueta, antes de su congelación, para darle forma de "moneda grande" o "nugget". De esa forma, una vez que la congelemos y la saquemos para freir, será mucha más fácil de freir y más difícil que se nos rompa (queda mejor cubierta con el aceite y solo tenemos que darle vuelta una vez).

La masa puede congelarse (la bechamel con el ingrediente principal), descogelarse posteriormente y preparar las croquetas (pero eso, normalmente, da mucha más pereza).


Trucos para preparar el pollo: si el pollo no son sobras ya cocinadas, podemos prepararlo a la plancha. Lo salamos (porque normalmente el pollo soso sabe muy poco) y lo preparamos a la plancha con un chorrito de aceite de girasol (que aguanta bien las temperaturas altas). Si los trozos de pollo son más bien grandes, quedarán más jugosos por dentro. Intentamos que no se tueste por fuera, pero si lo hace es mejor quitarle la parte tostada (que podemos usar en una ensalada cortado en trocitos)

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