Cantidad: 10 unidades (aprox).
Las filloas son de muy fácil preparación. Las mejores del mundo son las que prepara mi hermano, se puede pasar horas haciéndolas, y son suaves, sabrosas y finísimas...
Pero aquí va la receta que preparo yo, a falta del secreto familiar y que también me parece que ayuda a que salgan ricas...
Ingredientes
- 200 gr. de harina
- 100 ml. leche
- 250 ml. agua
- 2 huevos
- 1 pizca de sal
- mantequilla para engrasar la sartén (antes de cada filloa) o aceite de girasol, si se prefiere sin el sabor a mantequilla.
Otra alternativa es sustituir los 100 dl. de leche, por agua.
Se mezclan los huevos con la harina y se añade poco a poco la leche y el agua (no importa el orden), pero removiendo bien para que no se formen grumos, si eso sucediese, habrá que usar un colador para corregirlo. Cuando la mezcla es suave y homogénea, añadimos una pizca de sal.
Se calienta bien la sartén y se pone un poco de mantequilla (o aceite de girasol), haciendo una película sobre toda la superficie. Se pone en la sartén la cantidad necesaria para cubrir muy finamente la superficie de la misma (normalmente, casi un cucharón de la mezcla, para una sartén grande). Es más fácil cubrir la superficie si una vez que añadamos la mezcla tomamos la sartén por el mango, la levantamos y movemos circularmente, inclinándola.
Después de unos momentos bajamos la temperatura de la cocina y cuando la filloa se empieza a levantar un poco por los bordes y puede moverse y puede separarse bien de la sartén, le damos la vuelta.
Eesperamos a que se pase el otro lado y retiramos a un plato.
Repetimos la misma operación hasta que todas las filloas están listas.
Se sirven, acompañando de azúcar (que cada uno incorporará espolvoreando sobre su filloa al gusto), y si se desea puede acompañarse de mermelada, nata montada o helado (aunque a mí me parece que todo lo que no sea un poco de azúcar puede ocultar su sabor en lugar de mejorarlo)